sábado, 10 de julio de 2010

SIGUIENDO LAS PISTAS DEL DETECTIVE ROMÁNTICO


Con la Literatura nazi en América, Seix Barral, 1996. Escrita a imitación de los diccionarios de literatura, el detective romántico nos muestra por decirlo de algún modo, solo el charco de sangre del universo literario que los lectores de la adictiva narrativa del escritor chileno creímos estar leyendo la biografía de escritores de este continente como él mencionaría en una entrevista: el manicomio de Europa. Personajes quizá basados en biografías reales como la de la fundadora de la revista Caretas, Doris Gibson, emulando a Edelmira Thompson encontrada en la primera parte que trata sobre Los Mendiluce, pasando por Los poetas malditos, retratando la desaforada vida de un bardo peruano, Andrés Cepeda Cepeda, llamado el Doncel. Y llegar, en el último capítulo, al personaje clave el teniente de la FACH Ramírez Hoffman, El Infame, donde, según el escritor chileno, se narraba tal vez de forma esquemática, por otro lado, una historia contada por su compatriota Arturo Belano, que no es más que el alter ego del escritor tomada del gran enfant francés Arthur Rimbaud, porque ante todo él desparecido detective romántico era poeta. Aquel personaje central de gran parte de su narrativa. Con la novela Estrella distante, Anagrama, 1997, se buscaba espejos y explosión en sí misma. En esta segunda novela el personaje del teniente de la FACH Ramírez Hoffman muta en Carlos Wieder, éste se hacía llamar Alberto Ruiz-Tagle cuando aún Salvador Allende era presidente de Chile. El protagonista es un aviador que escribe poemas efímeros con la cauda de su jet. Durante la dictadura se “sofistica” hasta concebir la tortura como una de las bellas artes. Dandi del horror encarna un tema caro a George Steiner: la paradoja del genocida con espléndido gusto artístico y la imposibilidad de la estética para definir una moral. Metáfora del “artista heroico”, intoxicado de sí mismo, la novela muestra el oprobio con escalofriante sofisticación. ¿Puede haber algo más avieso que compartir la atracción de lo inmundo? Por un momento, el lector es un voyeur del espanto.
El universo del detective romántico se va cimentando, los críticos más perspicaces dan luces de ello. Hasta dar el gran salto con Los detectives salvajes, Anagrama, 1998, Premio Herralde, Premio Rómulo Gallegos; considerado hoy en día como una de las mejores novelas latinoamericanas del siglo XX, como Rayuela o Adán Buenosayres. Si bien leer de un tirón sus más de seiscientas páginas es todo un acto poético, y más aún si las historias dentro de otras historias lo atrapan a uno como Teseo en el laberinto del Minotauro; el lector academicista o sagaz se dará cuenta de que la bestia que uno busca es en sí misma la literatura. Una literatura estructurada para escritores, o jóvenes que quieren ser escritores, que ven en sus personajes ese vivir poéticamente. Si bien Los detectives salvajes, se fragmenta en: Mexicanos perdidos en México, Los detectives salvajes y, finalmente, Los desiertos de Sonora. La primera y la tercera parte se da en forma de diario, donde el personaje central es García Madero, un confundido y desertor estudiante de Derecho, que trasgredió esa moral de ser un entusiasta universitario para dedicarse de lleno a la poesía, y es en el taller de poesía de la Facultad de Letras de la UNAM donde conoce a Arturo Belano y Ulises Lima, personajes centrales en la segunda parte, estructurada y mencionada por el detective romántico en el proyecto para conseguir una beca Guggenheim, como El Esquema de Polifemo, donde en un artículo recogido en Entre paréntesis, Anagrama, 2004, describe que su novela tiene casi tantas lecturas como voces hay en ella. Donde esta se puede leer como una agonía, y como un juego. Esta transcurre desde 1975 hasta 1995 y mediante el discurso conformado por múltiples voces se dibuja el destino de una generación de jóvenes latinoamericanos, los nacidos en la década de los cincuenta. Y siendo el índice la novela misma, menciona el nombre de tantos personajes, que forman una especie de factorial con posibles combinaciones en la secuencia y la trama de los dos personajes de Belano y Lima como: Joaquín Font, María Font, Amadeo Salvatierra, uno en especial, Auxilio Lacouture. Con la cual una vez más el escritor chileno hace uso de la fractal expandiendo la historia de ese personajes en su próxima novela Amuleto, Anagrama, 1999, como si se tratase de un elucubrado y concebido juego de ajedrez, desarrollando su universo en meta-literatura, donde las piezas más importantes al rey o reina se resistiesen a cada embate de un caballo o alfil enemigo porque aún tienen algo que contar antes de ser diezmados. Como el personaje central de Amuleto, una poetisa uruguaya que era la madre de la poesía mexicana, que conocía a todos los poetas y todos poetas la conocían a ella. Cosa sabida para los estudiosos de la vida y obra del detective romántico; estos poetas eran el grupo mexicano de los Infrarrealistas, una especie de hermanos de sangre influenciados por los Horazerianos de Perú.
La efímera fama llegó para el escritor chileno y con ello, cada vez más novelas publicadas en la editorial Anagrama como: Monsieur Pain, 1999; Nocturno de Chile, 2000; Amberes, 2000; indistintamente de Una novelita lumpen, 2002 publicada por encargo en la editorial Mondadori. Tomando como escenario la ciudad europea de Roma. La trama igual de magistral que cualquier otro cuento de Llamadas telefónicas, 1997; Putas asesinas, 2001; El gaucho insufrible 2003; donde algunos personajes son engranajes de historias menores de la monumental obra 2666, 2004, novela de la dimensión de La guerra y la paz de Tolstoi, según el escritor mexicano Juan Villoro, al hacer una apreciación de logro que hoy en día tiene esta novela en el mundo angloparlante; porque valgan verdades son pocos los escritores latinoamericanos que llegan a ser traducidos al inglés. 2666 está estructurada en cinco novelas menores, que conforman un todo que son: La parte de los críticos, La parte de Amalfitano, La parte de Fate, La parte de los crímenes, La parte de Archimboldi. Estas dos últimas una vuelta de tuerca a Amuleto y Los detectives salvajes respectivamente. La primera mencionada en un monologo por Auxilio Lacouture: La Guerrero, a esa hora, se parece sobre todas las cosas a un cementerio, pero no a un cementerio de 1974, ni a un cementerio de 1968, ni a un cementerio de 1975, sino a un cementerio del año 2666, un cementerio olvidado debajo de un parpado muerto o nonato, las acuosidades desapasionadas de un ojo que por querer olvidar algo ha terminado por olvidarlo todo. Esto con mención a las miles de mujeres que fueron asesinadas en ciudad Juárez. La segunda mencionada una vez más optando en la lectura del índice de la novela ganadora del Herralde. Norman Bolzman, sentado en un banco del parque Edith Wolfson, Tel-Aviv, octubre de 1975: Recuerdo que me enfermé y pasé unos días en cama y que Claudia, siempre perspicaz, me quitó el Tractus y lo escondió en la habitación de Daniel y en su lugar me dio una de las novelas que solía leer, La rosa ilimitada de un francés llamado J.M.G Arcimboldi . Claro que aún aquel misterioso escritor todavía no adoptaba su verdadera forma, lo único que se sabía que con él podía nacer el clímax del universo literario, un universo literario que rompía con lo establecido ya en el siglo XIX, como el nuevo regente de la literatura hispánica. Tiempo atrás en una entrevista para Off de Records un programa de la televisión chilena, el detective romántico diría a modo de vaticinio: Después de Sobre héroes y tumbas no se puede escribir en español una novela así, después de La invención de Morel no se puede escribir una novela así, lo único que aguanta la novela es el argumento, donde no hay estructura, donde no hay juego, donde no hay cruce de voces. Uno como joven escritor se pregunta ¿cómo escribir una novela hoy en día? y no caer en el absurdo de copiar, cosa que muchos seudo escritores realizan vanagloriándose de su pose de escritor. Quizá la respuesta esté en ser honestos con uno mismo en este oficio, y como colofón siguiendo la gran lección dejada por Borges que es una deuda cancelada con creses por el detective romántico, donde él apuesta por un trabajo arduo porque lo fácilmente accesible y placentero no puede ser buena literatura.






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[1] Celina Manzoni. La escritura como tauromaquia. 1era edición. Editorial Corregidores 2004. Pp. 77.
[2] Petición para una beca Guggenheim. Jorge Herralde. Para Bolaño. 1era edición. Editorial Estruendomudo. 2006. Pp. 80.
[3] Roberto Bolaño. Amuleto. 1ea edición. Editorial Anagrama.1999. Pp. 65.
[4] Roberto Bolaño. Los detectives salvajes. 1era edición. Editorial Anagrama. 1998. Pp. 292, 293.

domingo, 7 de marzo de 2010

La Casa de los Orgasmos o The Big Sleep


LA CASA DE LOS ORGASMOS


Los gallos cantan al alba, la mujer al lado de mi habitación aún gime del placer proporcionado por su amante; una radio con la voz de un hombre narra terribles noticias; imagino a las víctimas del devastador terremoto en Haití, miles de cuerpos diseminados por las calles de Puerto Príncipe; unos palmoteos de nalgada se oyen; él dice que si esta bien, ella asiente con un ligero y cansado -Yes baby-. Los amantes siguen y seguirán follando y, yo seguiré intentando escribir desde mi exilio en esta habitación de hostal.

Escritos